BUENOS AIRES.- Carlos Sánchez quedó en el ojo de la tormenta al no poder controlar la bronca durante el partido de River y Huracán, por la semifinal de la Copa Libertadores.
El uruguayo fue expulsado a los 45 minutos del segundo tiempo, por haber agredido con un manotazo a un juvenil del "Globo" que alcanzaba pelotas y ahora crece la polémica por la posible ausencia del jugador en las semifinales del Mundial de Clubes.
Sucede que el artículo 38 del reglamento de FIFA establece que las sanciones en "competiciones de confederaciones para equipos representativos que no se hayan cumplido dentro de la competición" se cumplen en "el siguiente partido oficial del equipo representativo afectado en una competición organizada por la FIFA".